Pese a que en el año 2018 se observó una ligera bajada en el índice de impagos empresariales respecto al ejercicio anterior, el ya pasado año 2019 nos deja una ligera subida en torno al 3% en operaciones comerciales fallidas.
Dentro de dichas cifras cabe destacar los impagos establecidos entre 300 y 3.000€ cómo deudas más reclamadas y con antigüedades fijadas entre 6 meses y dos años.
En índices de cobrabilidad, el año 2019 también ha sido (para bien) un año en el que se han notado los incrementos de operaciones de recobro satisfactorias para los acreedores ya que las deudas recobradas han sufrido también un incremento de un 6,3% frente al pasado año 2018.
Las previsiones de impago para este año 2020 son de lo más variable ya que la nueva crisis inmobiliaria que se vislumbra a finales de este año está generando a nivel general una atmósfera de expectación económica que si bien está limitando los riesgos de impago asumidos, por otra parte también está derivando en operaciones fallidas.
Este año se presenta cómo firme candidato a uno de los más acusados en términos de morosidad empresarial y por esta razón siempre es recomendable contar con una solución de recobro externa que defienda los intereses de la empresa acreedora.
Del mismo modo, España durante este año será de los países de la comunidad europea que más se adapte a los procedimientos de cobro de impagados y que más automatice los procesos de recuperación de deudas y recobro de morosos.
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