Establecer diferencias entre nuestros clientes es mucho más necesario de lo que quizás lleguemos a pensar. En la gran mayoría de los casos, estas diferencias se atribuyen al rango de facturación que nos produce el cliente y en que modo afecta a nuestra tesorería la gestión de nuestros productos o servicios con éste. Debemos de prestar atención al tipo de morosos.
No sólo debemos atender a lo que dicho cliente nos factura, también es importante tener un control sobre el riesgo de impago que este cliente tiene con nosotros y por ende, que tipo de operaciones comerciales podemos a establecer con dicho cliente.
Además de todo esto, atendiendo exclusivamente a cuestiones de morosidad, es totalmente necesario saber que cliente es un morosos puntual y cual es recurrente. Para ello desde la propia estructura de la empresa debe de hacerse esta labor de diferenciación entre ambos criterios sabiendo el tipo de morosos con el que podemos encontrarnos en nuestro negocio.
Moroso puntual: Aquel moroso que nos genera una situación de impago que se ciñe a una o pocas ocasiones. Generalmente este tipo de deudores, desatienden los pagos por causas ajenas a su voluntad y debido en gran parte a otras deudas que les han dejado a deber otros de sus clientes.
Este tipo de cliente moroso es meramente circunstancial y pese a que no supone para nosotros un riesgo de impago importante, deben de mantenerse en vigilancia.
Moroso recurrente: Es aquel cliente moroso que generalmente siempre se retrasa en el pago de nuestras facturas y que siempre tiene algún tipo de explicación al retraso de la factura.
Se va poniendo regularmente al día con los pagos pero es una práctica habitual la de la devolución de nuestros recibos sin previo aviso.
Con estos clientes debemos de ser especialmente cautelosos y siempre que sea posible, cambiar la forma de pago por transferencia bancaria o bien limitar el riesgo concedido para evitar posibles problemas futuros.
Otros artículos:
¿Cuáles son los principales motivos de impago de una factura?
Cómo cobrar deudas de comunidad a vecinos morosos.
Las facturas impagadas sin reclamar y su repercusión en nuestra tesorería