Una de las formas de impago más comunes suele ser la de la devolución de un recibo bancario ya que por las normativas SEPA, el deudor tiene la posibilidad de proceder a la devolución del cargo hasta 60 días desde que el giro en cuenta se hizo efectivo.

Este tipo de deudas acarrean además una serie de gastos de devolución que en caso de proceder a la recuperación de la deuda pueden incluirse y sumarse al principal del importe reclamado.

Este tipo de deudas suelen ser de lo mas comunes en las empresas de prestación de servicios ya que estos en algunas ocasiones son adeudos de carácter recurrente y por disconformidad u otros motivos, el deudor procede a la devolución del giro bancario. Si existe un mandamiento de pago debidamente firmado por el deudor, el impago de este giro bancario puede ocasionarle posibles problemas incluso con su banco una vez se demostrara que dicha devolución ha sido improcedente e ilegítima.

Existen también otro tipo de adeudos en cuenta inter profesionales denominados B2B, en estos casos, no es posible la devolución del cargo en cuenta, por lo que el impago de la cantidad nunca llega a producirse.

Este tipo de adeudos suelen ser de los menos común ya que su formalización suele ser bastante tediosa y engorrosa para las partes ya que tienen que firmar un contrato físicamente en el banco por lo que no es práctico para aquellos acreedores que cuentan con multitud de clientes.

Para cobrar estas deudas, en resumidas cuentas, el acreedor debe de aportar la factura, albarán o documento objeto de dicho impago y extracto de cuenta dónde se refleja el impago. Las comisiones por los gastos de devolución bancaria tal y cómo hemos citado antes, también podrán ser incluidos en la cantidad a reclamar.

Una vez se disponen de dichos documentos, ha de calcularse el total de la deuda a reclamar incluidos estos intereses y proceder a reclamar la deuda por esta cantidad ya que se entiende que la deuda ha de reclamarse siempre incluyendo estos intereses.

¿Cuáles son las prioridades de pago de un deudor?.

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