Desde el inicio oficial de la crisis en el año 2008, la reunificación de deudas para particulares y empresas ha sido una opción viable para aunar en una única cuota más asequible los préstamos adquiridos en ejercicios anteriores.
Muchas empresas intermediarias han hecho de este modelo de negocio una vía para lograr una mejor digestión en los pagos mensuales.
Pero actualmente los bancos y entidades de crédito en rara ocasión conceden esta vía de unificación ya que en el caso de las pymes, por ley y ante obligaciones de pago no liquidables a corto plazo tienen la obligación legal de presentar el concurso de acreedores.
De este modo las líneas ICO también contemplan la financiación para la tesorería de la empresa siendo este un modo de cancelar los préstamos pendientes y optar así por un crédito con intereses moderados cómo es el ICO.
Alternativamente, el cobro de morosos también supone una vía de financiación ya que aquellos saldos impagados al convertirse en nuevos activos contabilizados cómo pérdidas en ejercicios anteriores suponen en muchos casos la inyección de capital necesaria para una operatividad normal en la empresa.