Con los datos bajo los que opera Cobratis, a estas alturas del segundo semestre podemos observar una crecida aproximada de 4% respecto al pasado semestre.
Esto indica que pese a las medidas adoptadas por las empresas, la vuelta del crédito a las pymes y la internacionalización de nuestras compañías, el problema de la morosidad parece no desaparecer ni ser erradicado.
El cobro de morosos en las empresas debido a las facturas que resultan impagadas son una labor más de los departamentos administrativos que toman aire antes de pasar recibos bancarios de cuantías importantes por miedo a las devoluciones y los gastos que éstas generan.
Contra este marco económico inverso la empresa sólo puede adoptar todas las medidas preventivas posibles, filtrar al máximo a sus clientes y establecer las políticas de recobro correctas en el caso de que las facturas resulten impagadas.