Las facturas pendientes de pago se enquistan cada vez más en el órgano financiero de las empresas y negocios de nuestro país y necesitan urgentemente recobrarlas.
Dónde antes se permitían concesiones de pago de facturas a varios meses vista, la actual situación hace que los departamentos administrativos y financieros deban de “pintar” una liquidez que los bancos han cerrado, y que el flujo comercial ha visto disminuida.
Ante esta situación, es imperativo hacer inventario de todas aquellas facturas pendientes de pago y darles curso urgente.
En tiempos de bonanza, no se prestaba especial atención a las facturas que no estaban al corriente, ya que siempre habían nuevos caudales de dinero y la actividad proseguía con total normalidad sin problemas de tesorería.
Hoy más que nunca, los departamentos administrativos de las empresas deben de recuperar la liquidez correspondiente a los saldos no cobrados y convertirlos en nuevos activos que contribuyan al desarrollo regular de la actividad de la empresa.