Son muchos los datos publicados que hablan de caídas en los índices de morosidad en las operaciones inter empresas.
Estas caídas en los ratios no son debidos a una mejora de los comportamientos de pago de los clientes sino a una caída de transacciones mercantiles que por ende, conlleva una reducción de los índices de impago.
Claro reflejo de ello serían las comparativas inter anuales de volúmenes de facturación de las empresas que disponen de partidas específicas de tasa de impago comercial en sus balances.
Más del 80% de las empresas de nuestro país han visto reducida su facturación desde el primer año oficial de la crisis en el 2008 y el actual cierre 2012.
Respecto al volumen de saldos pendientes de cobro y facturas emitidas y no cobradas, podemos citar que desde el año cero de la crisis hasta el actual, los comportamientos de pago han permanecido parcialmente estables pero que ante una caída en las ventas, se ven claramente acentuadas las deudas e impagados comerciales.