La banca española atraviesa la situación más crítica de las últimas décadas. A la espera de la inyección de dinero proveniente del fondo de rescate europeo, las cifras de negocio siguen deteriorándose a ojos vista. La que más, el ratio de créditos en mora. A día de hoy, casi uno de cada diez euros que ha prestado el sector es considerado de dudoso cobro, y la estadística empeora a toda velocidad.
Los dos decretos promulgados por el Gobierno han obligado a los bancos y cajas españoles a acelerar el saneamiento de sus balances y afrontar, por fin, el fuerte deterioro de sus carteras crediticias. Y esto ha llevado a la clasificación de miles de millones de euros de préstamos buenos como créditos morosos. En términos absolutos, el volumen de préstamos impagados ascendía en junio a 164.300 millones de euros, lo que representa el 9,42% de la cartera crediticia. Este dato es el peor registrado desde que el Banco de España comenzó a hacerlo público, hace 50 años.
La cifra de junio no solamente es la peor de la historia española en términos absolutos y relativos, sino que también indica una fuerte aceleración en el ritmo de deterioro de los balances. El incremento de préstamos dudosos respecto al mes anterior fue de 8.387 millones de euros, lo que representa la tercera peor subida mensual. Desde comienzos de 2009, cuando España entró en recesión económica, igual que ahora, no se había producido un dato tan malo.