El Partido Popular en la Diputación de Castellón se ha negado a exigir a la Generalitat que salde la deuda con la institución, cifrada en 15 millones de euros, alegando que no hay motivos para ello porque el ejercicio de 2011 se ha cerrado con un superávit por el mismo importe y por evitar molestar al presidente del Consell, Alberto Fabra. “No vamos a meter el dedo en el ojo a Fabra cuando no tenemos problemas de tesorería”, ha manifestado el vicepresidente Miguel Barrachina, encargado del área de economía de la Diputación.
“La deuda de la Generalitat no nos afixia”, ha recalcado. El vicepresidente se ha amparado en el citado superávit de la Corporación, así como en el aumento de la recaudación y en la ausencia de morosidad en los pagos de la Diputación para evitar reclamar la deuda al gobierno de Alberto Fabra.
Con estos argumentos el PP ha vetado la moción presentada por el Grupo Socialista para reclamar la deuda del Consell que sí apoyó el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, la pasada semana. Su homólogo en Castellón, Javier Moliner, marca así una nueva distancia tras sus palabras sobre las supuestas críticas que Rus vertió sobre el presidente valenciano durante una cena en Sevilla. “En política ganan quienes triunfan en los congresos y no quienes triunfan en las cenas”, dijo.
Barrachina ha adelantado, además, que la Diputación no hará uso de la fórmula del Gobierno para pagar a los proveedores “porque no hay necesidad”, ya que las facturas por certificaciones de obra se pagan en menos de 30 días.
Por otro lado, Javier Moliner se ha comprometido, a preguntas del Bloc, a garantizar que todo el dinero destinado a la ONG Esperanza Sin Fronteras, cuyo presidente ha sido uno de los detenidos en la investigación por presunto fraude en las ayudas de cooperación valenciana, ha llegado a su destino. La organización ha recibido recientemente 9.500 euros de la Diputación para un proyecto en Tailandia y ha sido beneficiaria de más fondos desde el año 2005.