Esta semana se han emitido 20.000 millones de euros de bonos corporativos en Europa, la cifra más alta semanal desde septiembre de 2009.
Entre los principales emisores figuran algunas empresas españolas que habían sido expulsadas del mercado por el deterioro del riesgo país, como Santander, BBVA, Telefónica, Repsol, Gas Natural Fenosa, Banesto, Iberdrola y el ICO. Al repunte se suma el de otros países periféricos, en especial Italia, cuya prima de riesgo, al igual que la española, ha disminuido sensiblemente. La situación dista de estar normalizada, como prueba el hecho de que en agosto la financiación de la banca española con el BCE haya alcanzado un nuevo máximo de 388.000 millones, con un crecimiento de más del 500% desde octubre de 2010.
Pero las bases están fijadas para una progresiva normalización del mercado primario a medida que las rentabilidades de la deuda de los países periféricos continúan moderándose en el secundario. En lo que respecta a España hay dos citas clave que pondrán a prueba a los mercados: la finalización de las auditorías bancarias, y la definición final que tome el paquete de ayuda de la Unión Europea. Con todo ello, la prima de riesgo debiera continuar moviéndose a la baja, con amplio recorrido todavía para ello, y ello significará mejor riesgo país que inmediatamente se trasladará a la percepción de las empresas españolas.