Los freelances TIC son aquellos profesionales generalmente dedicados al sector de la informática y multimedia que prestan servicios tecnológicos a empresas y a otros profesionales.
Una de las contingencias comunes que suelen afectar a este tipo de colectivo es el impago del segundo tramo de los trabajos desarrollados para el cliente.
El pago del segundo tramo suele ser el que pertenece a la finalización del servicio prestado, en este punto, muchas empresas no liquidan la totalidad de la factura alegando “disconformidad con los trabajos”.
Uno de los errores en los que suelen caer muchos de estos profesionales es en de “cortar el servicio o el alojamiento”.
Esta práctica es del todo no recomendable ya que salvo que existan unas condiciones aceptadas por el cliente mediante las cuales acepte la suspensión del servicio en caso de impago, el deudor podrá incluso pedir daños y prejuicios al prestador del servicio.
¿Qué hacer entonces?.
Imaginemos un supuesto muy parecido a la vez que explicativo para este caso concreto: Un taller mecánico no puede retener el vehículo de un cliente que no le ha pagado una reparación.
Al igual que un taller de reparaciones, nosotros cómo profesionales no podemos suspender un servicio que nos ha sido contratado, si podemos reclamar la deuda pendiente y en la gran mayoría de las ocasiones, el juzgado nos dará la razón.
¿Qué hay que evitar como prestadores de servicios tecnológicos?.
Ante todo, debemos de evitar por todos los medios ser intermediarios o propietarios tanto de dominio cómo de hosting, debiendo limitarse nuestra actividad la del desarrollo y puesta a punto del portal.
Pedir la liquidación de la factura 50% al inicio y 50% para la publicación del portal, evitar siempre pagos a más de 60 días.