No es un secreto que en nuestro país de cara al exterior tenemos fama de pagar mal, tarde y a veces nunca. Prueba de ello son la gran cantidad de empresas de fuera de España que contactan con nuestras oficinas para delegarnos gestiones de recuperación de activos.
El proceso monitorio europeo ha simplificado buenamente la labor en el cobro de este tipo de deudas, cosa que para muchas empresas deudoras ha supuesto la obligatoriedad de pagar y rendir cuentas a través de un juzgado local oficiado por otro europeo.
El problema de aquí es el de siempre; El pago de justos por pecadores. Muchas de las empresas extranjeras han limitado la totalidad de sus operaciones comerciales y normalizadas nuevas políticas de cobro más estrictas e incluso basadas en el pago por adelantado.
Esto ha influido negativamente e impactado en la tesorería de muchas empresas honradas que pagan a su tiempo y que no pueden acometer el previo pago a un proveedor sin haber cobrado antes del cliente.