Final de verano suele ser una época en la que las empresas y profesionales con saldos acreedores reestructuran su contabilidad y planifican estrategias para el cobro de deudas impagadas.
Son muchas las empresas que han dejado la asignatura del cobro de clientes morosos para recuperar en septiembre ya que en verano muchos de los acreedores han dejado de reclamar sus facturas pendientes de cobro.
El inicio de septiembre coincide también con la apertura del nuevo año judicial con el que se pretende que el proceso monitorio sea el procedimiento de recobro de deudas vía judicial más estandarizado de la unión europea.