El Fondo Monetario Internacional continúa con su línea dura y sostiene que los países miembros están obligados a proporcionar la máxima información a los mercados para que analicen su historial crediticio. Además, aconseja reducir el peso de las agencias de calificación, guardar colchones de liquidez y estudiar un impuesto a la banca.
La institución, que ha presentado hoy los dos primeros capítulos de su informe sobre Estabilidad Financiera Mundial, ataca también a las agencias de calificación de riesgos, como Fitch, Moody’s o Standard & Poor’s. En su opinión, las rebajas de ratings de estas compañías, tanto a los países como a los bancos, pese a su “utilidad”, pueden tener “repercusiones” y “efectos desestabilizadores sobre los mercados financieros”. “Los inversores pueden lanzarse a vender títulos de los bancos después de estos cambios de rating”, ha indicado José Viñals, director de Asuntos Monetarios del FMI en la presentación del informe.
Fuente: Expansión.com