Los grandes departamentos de recobro con cientos de operadores de las grandes compañías tienen más trabajo que nunca, hasta el punto de que están teniendo que externalizar cargas de trabajo en la recuperación masiva que no pueden acometer.
Las pymes españolas vienen adecuando paulatinamente sus políticas de control de cobros a los modelos de grandes compañías, haciendo simulaciones a escala reducida en sus procesos de facturación y cobro.
La prueba de ello, es que los departamentos de administración han diversificado tareas y separado responsabilidades para disponer de personal orientado a funciones administrativas específicas. Hasta la fecha, venían siendo contabilidad y administración.
En la actualidad se incorpora la tarea de la recuperación cómo un puesto de trabajo más en la compañía, y en la que las empresas deberían de hacer especial hincapié en los tiempos que corren.
Estos puestos de trabajo de responsables de “recuperación”, han de valerse de todas las herramientas posibles para un correcto desarrollo de sus responsabilidades de recobrar facturas que han sido impagadas a sus vencimientos.
Para ello las empresas abordan varias fases de trabajo en la vida de la factura impagada, generalmente se inician los procedimientos internos de recuperación que consisten en envío de cartas, comunicaciones y en ocasiones burofaxes de aviso de acciones recobro.
Una vez ha sido fallida esta vía de la recuperación, es cuando se cede la deuda a un gabinete o compañía de recobro externa que es la que realiza las acciones de recobro especializadas, para el cobro de la deuda existente.