Los datos de junio corroboran el deterioro de la cartera crediticia de la banca, que ya afronta la tasa de morosidad más alta de la historia.
El porcentaje de créditos impagados frente al total de la cartera alcanza el 9,42%, hasta los 164.000 millones de euros, un porcentaje que triplica el de 2008, cuando la mora apenas superaba el 3%. Y la perspectiva no es buena, porque las últimas cifras muestran que el deterioro no se ralentiza, a pesar de las reformas emprendidas, sino todo lo contrario: entre mayo y junio se ha producido el segundo peor registro de la historia con impagos por valor de 8.387 millones.
Todo indica que, con la economía en honda recesión, la calidad de los activos del sector financiero y su rentabilidad seguirán deteriorándose, especialmente en aquellas entidades (que son la mayoría) que concentran el grueso de su negocio y de sus riesgos en el mercado español. Ahora, las entidades también miran con preocupación la creciente mora de las pymes. Si bien en términos absolutos esas cifras no son preocupantes, sí lo es el ritmo al que avanza.