Falta de líquido es el principal problema al que se están enfrentando las pymes de nuestro país. La caída en las ventas y el impago de facturas al vencimiento son los principales detonantes.
Como era de esperar, las dificultades para el cobro de las facturas a sus vencimientos, están suponiendo una tremenda masa de deuda pendiente de cobro, que supone el estancamiento del correcto flujo financiero inter-empresas.
Cómo medida correctora, las pymes piden pagos anticipados incentivados con descuentos. En el último trimestre vuelve a incrementarse el volumen de saldos impagados a sus vencimientos debido, cosa que agrava las líneas de crédito y riesgos con los proveedores de las empresas acreedoras… y así sucesivamente en una gigantesca rueda de derechos y obligaciones de pago.
En el próximo año están previstas aún mayores dificultades para el cobro de facturas, cosa que debe de suponer un replanteamiento en el modelo financiero de la empresa, que quizás deba de emplear sus propios recursos y saldos impagados cómo nueva vía de financiación propia.