Parece ser que las empresas, profesionales y comunidades de vecinos de nuestro país tienen muy clara la negativa a los saldos impagados de clientes y vecinos morosos.
Hasta tal es el punto que incluso se está llegando a trasladar la responsabilidad de cobro a la propia red comercial dándose casos en los que un impago producido por determinado cliente se resta de la comisión del comercial que lo captó.
Las direcciones generales de las grandes y medianas empresas ahora quieren que su propia red comercial sea la que filtre y siga la evolución del cobro de facturas en la cartera asignada a cada comercial.
Por esta razón ahora el perfil comercial ya no se restringe meramente a la captación del cliente sino a llevar un seguimiento ante el impago de determinada factura. Este modelo de control de pago está emulado de muchos países de la comunidad europea en la que a los departamentos comerciales se les delega la responsabilidad del cobro de las facturas siendo el responsaba en última instancia ante un impago, el comercial que captó el cliente.
Hablamos de medidas extremas para una situación quizás también extrema para muchas empresas en las que la falta de liquidez, reducción de clientes y de flujos de caja alimentan situaciones de mal estar e incertidumbre financiera que sólo lleva a la adaptación de medidas demasiado rigurosas para una red comercial que en cierto modo es la responsable final de ventas.