La famosa cuesta de enero no sólo es un bache económico para las personas físicas, negocios de todo tipo también sufren los efectos de esta remontada financiera que finaliza con la liquidación del pago del último trimestre del IVA del año anterior.
A parte de esto, los impagos también juegan un papel importante ya que muchas de las deudas que se generan en este primer mes de año se derivan de los pagos extraordinarios que la empresa afronta en la época estival y que no ha tenido en cuenta los gastos de proveedores que vienen a la vuelta de navidad.
Debido a esto, y al cerrarse el año, las facturas impagadas afloran de los departamentos de contabilidad de las empresas siendo el mes de febrero en el que se generalmente se plantea una estrategia de recobro de impagados a seguir durante todo el año.
La contratación de servicios de recobro así cómo empresas de gestión de impagados adquiere mayor notoriedad durante los meses de febrero y marzo ya que son los meses clave en los que la empresa que dispone de varias deudas pendientes de cobro toma las posturas necesarias para el cobro de morosos mercantiles.