El mes de agosto suele estar caracterizado a parte de por las vacaciones, el sol y los mojitos J por ser un año de reorganización y reestructuración del funcionamiento interno en las empresas de nuestro país.
La asignatura que ya es obligatoria y troncal en el recobro de deudas, pasa a ser una de las prioridades más absolutas en nuestros autónomos y empresarios.
Por esta razón, los meses en los que hay una bajada en la productividad en las pymes se suele utilizar para abrir nuevas vías de gestión y de trabajo entre las cuales este año ha adquirido una gran importancia el cobro de deudas.
Aun así, en España solamente son 3 de cada 10 empresas las que externalizan el recobro de sus facturas impagadas a empresas de recobro externas o a despachos de abogados; Cosa que no ocurre en el resto de Europa ya que podemos hablar de que son 9 de cada 10 empresas las que cuentan con servicios externos de recuperación de impagados para combatir la morosidad empresarial.
Poco a poco en nuestro país se va instaurando y arraigando la cultura de la recuperación de activos y en unos años posiblemente podamos equipararnos al resto de nuestros vecinos europeos en este sentido.