Según nuestras estadísticas, el 53% de las empresas españolas no reclaman sus impagados y pasan las deudas cómo pérdidas en sus balances anuales.
No es de extrañar que con semejantes cifras, España esté cómo uno de los países a la cabeza en tasas de morosidad empresarial. La cultura del recobro y la externalización de los proceso de recuperación de deudas son aún un concepto demasiado europeo que no ha acabado de arraigarse en nuestro país.
Aunque año tras año, son más empresas las que sustituyen sus seguros de impago por soluciones de recobro, por las escasas coberturas que en la actualidad se prestan, aún queda una gigantesca masa de deudas no reclamadas que hacen de nuestro país un paraíso para la morosidad empresarial.
El ahorro de costes para la gestión de impagados, requiere de medidas de outsourcing empresarial que permitan a las empresas reclamar sus deudas a bajo coste sin incurrir en partidas de gastos que puedan suponer grandes descalabros presupuestarios.
Por otra parte, no reclamar los saldos y deudas pendientes de cobro, está completamente demostrado que debilita la imagen de marca que la empresa proyecta ante sus clientes cuyo porcentaje de conversión en potenciales morosos, sin lugar a dudas se ve incrementado.