La falta de liquidez en las empresas de nuestro país es un problema que todos los empresarios conocen y que parte del mismo radica en facturas que han sido impagadas.
Ante un crédito cada vez más estanco y con mayores dificultades de concesión, los acreedores quizás deban de replantear sus fuentes de financiación y “romper la hucha” de los impagados acumulando polvo en un cajón del archivo.
Es curioso saber que cómo término medio una pyme de nuestro país dispone aproximadamente de 20.000 euros no cobrados y dados por perdidos. ¿Por qué no intentar recuperar esos activos e inyectar liquidez en la e empresa recuperando las facturas impagadas?.
Esto se debe a que muchas asesorías de empresa directamente trasladan las partidas de impagos a pérdidas sin ni siquiera intentar el cobro de una deuda de forma extrajudicial. Esto es un tremendo error ya que las facturas siempre pueden contabilizarse cómo pérdidas dentro de unos márgenes de tiempo claro.
En la balanza de costes para la recuperación de una factura impagada ha de establecerse el riesgo de mayor pérdida que entrañará el hecho de que se reclamen estas facturas no cobradas.
Gracias a empresas cómo Cobratis que ha sido la pionera en el desarrollo de una tarifa plana de reclamación de impagados, el acreedor puede tramitar el cobro de sus impagados de un modo completamente sencillo y que queda generalmente amortizado en los primeros días de tramitación.