No es algo raro si en su empresa se acumulan las facturas sin cobrar ya que cada cinco empresas de nuestro país, cuatro de ellas sufren problemas de morosidad.
El problema de las deudas no se ciñe exclusivamente a los impagos totales de las facturas sino también en los impagos parciales y en los retrasos en el cobro de las deudas a su debido vencimiento.
En este sentido, la gran mayoría de las empresas y negocios españoles sufren o han sufrido impagados de facturas de formar aislada o recurrente por parte de clientes habituales o no.
Cobrar deudas de impagados ya es una práctica más que habitual a la que los departamentos administrativos se encuentran más que acostumbrados y la diferencia en los índices de cobrabilidad de estos impagos depende del tratamiento que se le den a estos precisamente.
Adaptarse a nuevas formas de pago, externalizar servicios de recuperación de aquellas deudas que ya resultan impagadas al vencimiento así cómo filtrar los riesgos comerciales son asignaturas obligatorias en la que muchísimas empresas no llegan ni al aprobado.