Un ejercicio más que necesario en la empresa es contabilizar correctamente las deudas acumuladas en el trimestre y que estas no se lleven erróneamente a balances de pérdidas ya que de este modo no se contemplará la realidad de la morosidad empresarial que atravesamos cómo acreedores.
De este modo, la contabilidad de nuestra empresa debe de llevar a los asientos correspondientes los impagos de facturas de nuestros clientes y reflejarlos así en los libros de cuentas para poder así ayudarnos a una toma de decisiones sobre nuestra forma de cobro a clientes, o bien ayudarnos a estudiar otras vías de cobro de estas facturas.
Un buen momento para evaluar la realidad de la morosidad que atraviesa nuestra empresa es siempre en los 15 días siguientes al cierre del trimestre pues es cuando nuestra contabilidad nos dará los indicadores de impagos que tenemos y que medidas podemos tomar para reducir los impagos en próximos trimestres.
Esta es una de las labores más necesarias en los departamentos de administración de las empresas puesto que saber gestionar los impagos de forma oportuna, pueden evitar que éstos se acumulen de forma desmesurada y que por ende, se reduzcan a corto/medio plazo.