A pesar de los servicios de rating de clientes ofrecidos por muchas empresas, no existe una forma precisa de medir o determinar si un cliente presentará dificultades en el pago de nuestras facturas en un futuro próximo.
Lo que sí es recomendable hacer desde el primer momento en el que se presenta cualquier tipo de incidencia de pago por parte de un cliente, es pasar a éste a otro bloque de clientes que deban de tener otro tratamiento a efectos de forma de cobro, riesgo o demás políticas de gestión internas de la empresa.
Debemos de tener en cuenta que si un cliente nuestro nos devuelve un recibo o bien no atiende al pago de determinada factura, pueden influir varios factores que pueden ser de tipo voluntario o circunstancial.
Cuando hablamos de factores de impago de tipo voluntario nos referimos a que el deudor ha desatendido al pago de nuestra factura de forma premeditada, voluntaria y a tenor de conocer el perjuicio que se nos ocasionaba el impago de esta factura que no nos ha sido abonada.
Por otra parte si hablamos de factores de impago circunstanciales nos referiremos a aquellos en los cuales no nos ha sido pagada la factura a su debido vencimiento debido generalmente a problemas de tesorería de nuestro cliente que le han acontecido al vencimiento de nuestra factura y al de los otros proveedores con los que tenía una obligación de pago a esa fecha.
Para determinar cuál ha sido la causa del impago de la factura debemos de notificar en primer lugar al cliente manifestándole nuestro conocimiento sobre este impago y nuestro desea de cobrar la deuda de una forma amistosa y sin la necesidad de intervención de empresas, gabinetes o en última instancia, juzgados.
Una vez queda detectado por parte del personal administrativo cual ha sido el origen de esta deuda, debemos de darle el tratamiento oportuno recurriendo a entidades de recobro especializadas si no ha existido un acuerdo de pago amistoso.
