Ante un panorama de incertidumbre generalizada en el cobro de facturas, replantear las fórmulas para cobrar facturas parece ser la mejor alternativa preventiva con la que cuentan las empresas.
Ya han sido muchas empresas españolas las que han modificado y adaptado sus fórmulas de cobro de deudas en función de muchísimos factores relacionados con el cliente al que le va a ser emitida la factura, pero en muchas de las operaciones que se llevan a cabo existe un mismo denominador común: “El cobro de una parte al inicio”.
Muchos clientes suelen ser del todo reticentes a pagar parte de una factura al inicio del trabajo o servicio ofertado por su proveedor, pero esta será la única forma loable de determinar un compromiso real de pago por parte del cliente pudiendo así minimizar los futuros riesgos de impago de factura que puedan existir.
También es aconsejable plantear el trabajo o servicio en tramos, esto quiere decir que el cobro de la factura será fraccionado en varias partes con distintos vencimientos al cumplimento de un hito o logro pre establecido por proveedor y cliente.
En muchas ocasiones y según el volumen del trabajo a realizar, puede llegar incluso a solicitarse que el contrato de trabajos se realice ante notario en el que se dará fe de los plazos de cobro marcados y los trabajos inherentes a dichos plazos.