A lo largo del 2012 se ha incorporado una nueva función vital a los departamentos administrativos y contables de las empresas: cobrar facturas impagadas.
Y es que esta tarea que antes era completamente innecesaria dado el buen flujo comercial y de pagos inter empresas que existía en años de bonanza.
Debido a la actual situación de crisis financiera que atraviesan gran parte de las empresas y negocios españoles, se ha hecho más que necesaria una reorganización de estos departamentos y focalizar sus esfuerzos en el cobro y el recobro de facturas impagadas por clientes que han pasado a ser morosos de la sociedad.
El cobro de morosos por tanto pasa a ser una tarea clave en el desarrollo diario de la actividad empresarial actual y para ello en muchas ocasiones, la empresa ha de apoyarse en soluciones externas que sirvan para dotar a la compañía de un mayor control de cobros y que también reduzcan sus costes administrativos pudiendo fluidificar los procesos de gestión de cobro en la pyme.